Si algún día lo encuentras en tu camino,
dile que lo quiero, que lo quise y que siempre lo querré.
Porque el viento nunca olvida la dirección en la que viaja.
Porque aún cuando intente borrarme estará dibujando mi sonrisa.
Si tropiezas con él, dile que lo espero cada madrugada;
él sabe donde… con vista al cielo, junto a la ventana.
Susúrrale al oído que siempre lo amé,
pero tenía que marcharme para que tú llegaras.
Sé que te hallará…estoy segura.
Yo también encontraré a alguien,
tal vez lo quiera más que a él,
quizá me haga recordarlo.
Nos dejaremos ir… no hay duda.
Tanto ir y venir,
tanto llorar para después reír,
tanto que sí, tanto que no,
tanto lo quise que lo perdí.
No hagas lo mismo,
yo no entendí su alma desprevenida,
porque la mía siempre estaba igual:
queriendo ser libre para sentirse en casa,
haciendo la cama y preparando la huida.
¡No lo hagas, quédate ahí! ,
ancla el barco aunque el viento sople,
aunque las olas te arrastren y te nublen la vida.
¡Quédate con él, te lo imploro! ,
si no lo haces corro el riesgo de volver,
y en el regreso está el peligro de quedarme .
Mariana Marce Villegas
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